¿En la cabeza de cuál funcionario se fraguó la idea de mejor mantener encerrados a los deportistas chihuahuenses un año más?, de obligarlos a dejar de lado sus sueños y anhelos, pero lo más importante, el poder disfrutar de su deporte favorito.
La cancelación tanto del Gobierno del Estado como de la Universidad Autónoma de Chihuahua para que deportistas chihuahuenses participen en los Juegos Deportivos Nacionales CONADE 2021 y de la Universiada 2021 es sin duda una traicionera puñalada por la espalda, que no sólo tiene consecuencias en el desarrollo de esos jóvenes, sino de toda una sociedad convulsionada por la enfermedad.
Le explico, el pasado 13 de abril a través de un comunicado de prensa, el titular del Instituto Chihuahuense del Deporte y Cultura Física, Juan Pedro Santa Rosa González anunció que el Estado de Chihuahua no participará en los Juegos Nacionales Conade 2021, días antes la propia Universidad Autónoma de Chihuahua por conducto del coordinador de actividades deportivas, Hanss Flores hizo lo mismo y le canceló la oportunidad a los deportistas universitarios de participar.
Las declaraciones parece que se las dictaron: “No pondremos en riesgo la salud de nuestros atletas”… por favor, esos jóvenes al igual que niños, niñas, adolescentes y también adultos han tenido un año muy difícil, desde entrenar de manera clandestina hasta dar por terminadas sus aspiraciones a continuar como atletas de alto rendimiento y porqué no, poder llegar en un futuro no muy lejano a una olimpiada.
El año pasado la sorpresa que causó la pandemia en todo el mundo obligó a las autoridades deportivas a cancelar cualquier competencia; este año la convocatoria se genera con las medidas más estrictas posibles para salvaguardar precisamente la salud de los competidores y de sus familias, aun así no es suficiente para la autoridad estatal.
El deporte, y más cuando se realiza de manera estructurada y de alto rendimiento sin duda aleja a los jóvenes de actividades que pueden ser nocivas para su salud, y para muchos de ellos, es la posibilidad de obtener becas y apoyos si se esfuerzan para ser destacados en una disciplina.
Además de ello, Chihuahua siempre se ha destacado por la participación de sus deportistas, donde hombres y mujeres se esfuerzan por ser los mejores, por obtener una medalla, aunque ésta quede colgada sólo en su recámara y el reconocimiento de sus familiares y amigos, porque la autoridad siempre los ha dejado en el olvido.
Vale la pena ver un poco del desarrollo de nuestros deportistas: en la tabla del medallero de la Universiada 2019, la Universidad Autónoma de Chihuahua obtuvo el 7o. lugar, al obtener 32 medallas; 8 de ellas de oro entre 105 instituciones de educación superior que participaron y, en el 2018 les fue mucho mejor: quedaron en 4to. lugar con 37 medallas, sólo por debajo de la Universidad de Nuevo León, la Universidad de Guadalajara y el Instituto Tecnológico de Sonora.
Y lo más destacado de estos jóvenes universitarios, es que los logros de los últimos años han sido con la inversión universitaria más baja de todos los tiempos, con instalaciones cada día con mayor deterioro y las que eran orgullo de la UACH, como el estadio Manuel Bernardo Aguirre o el Estadio Universitario han sido prestados o rentados para el deporte privado.
Hoy, la inactividad física es uno de los principales problemas de salud en la actualidad y el confinamiento profundiza aún más los riesgos que conlleva como problemas de salud cardiovascular, obesidad, depresión, varios tipos de cáncer, en otras palabras hoy a nuestros niñas, niños, adolescentes y jóvenes les urge una actividad física.
Y para los deportistas que estaban acostumbrados a un alto desempeño y competencia, han bajado significativamente su rendimiento, con una serie de consecuencias por este “desentrenamiento” que aún no puede ser entendido.
Unos días atrás me encontré con “Sebastián”, un joven de 17 años que desde niño fue un destacado y apasionado jugador de Football, en la defensiva no había otro igual y era el terror de los equipos contrarios… hoy despacha como mesero en un restaurante de comida rápida: él mismo reconoce que tiene un año sin poder hacer deporte, extraña los domingos de juego y hoy simplemente se refugia en ese trabajo y su casa.
Si me apuran, esa es la realidad de nuestra niñez y juventud, olvidados por las autoridades que prefieren mantenerlos encerrados en lugar de ofrecer lugares con condiciones óptimas para que desarrollen su deporte.
Hay que entender que el deporte influye generando en los niños y jóvenes trabajo en equipo; el esforzarse para alcanzar la meta deseada; aprender a manejar la frustración; disminuye la obesidad y sedentarismo; favorece el estado de ánimo, ayudando a descargar estrés, y sobre todo, mantiene la mente ocupada en actividades positivas.
Ojalá que esta decisión de nuestras autoridades sean efectivamente provocadas por un deseo de cuidar a los deportistas, y no como una sucia maniobra de “ahorrar” un recurso que ya estaba presupuestado, y que éste se aplique a mejorar el deporte chihuahuense, claro cuando lo decidan detrás de un escritorio.
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